Un hombre que acostumbraba pedir limosna a las puertas del palacio real, cierto día, vio a lo lejos venir al rey con su majestuosa corona y su esplendorosa capa, y pensó: “Voy a pedirle que me ayude con alguna moneda, ya que por ser el rey, de seguro me dará mucho mas de lo que imagino"
Así que al pasar el monarca cerca suyo le dijo: "Su majestad, ¿podría usted regalarme una moneda?" (Aunque en su interior, este hombre pensaba que el rey le daría muchas monedas)
El rey lo miró y le dijo:"¿Acaso no soy yo tu rey?" eres tu quien debe darme algo a mi, en agradecimiento por las misericordias y favores salidos cada día de mi trono, para todo mi pueblo, no lo crees?
El mendigo lo miro, y no sabiendo que responder contesto: "Pero su majestad... yo… yo no tengo nada"El rey lo miro un tanto ofuscado y le dijo: "Como es que te presentas ante mi presencia con las manos vacías…? Acaso no sabes que al presentarte ante un rey debes ser tu quien traiga agradecimientos y acciones de gracia? y lo que es aun peor… vienes a pedirme dinero…
Entre su asombro y temor el mendigo comenzó a buscar entre sus cosas, y sabiendo que entre ellas tenía una naranja, un bollo de pan y unos granos de arroz, tomo solo los granos, pensando que darle también el pan y la naranja seria demasiado, y extendiendo su mano hacia el rey, se los entrego de mala gana.
Complacido el rey dijo: "Ves como si tenías algo para dar a tu rey…?" El soberano metió la mano bajo su capa, y sacando 5 monedas de oro, se las dio al pobre viejo.
El mendigo, viendo lo que había pasado, muy rápidamente saco el pan y la naranja, y le dijo al rey: "Su majestad... acá tengo otras cosas que me gustaría darle" (pensando en su interior que si por darle unos pocos granos de arroz, este, le había regalado 5 monedas de oro, cuanto mas le daría entonces, al recibir ahora el pan y la naranja)
Pero el rey, juzgando muy sabiamente aquella acción le dijo: "Acaso crees que puedes comprar mi favor o mi misericordia…? No tomas conciencia frente a quien estas…? Crees que puedes tomarme por tonto….?
Perdone tu descuido al presentarte ante mí sin acciones de gracias, solo por que como soberano, siempre he amado a este pueblo, y he cuidado de cada uno de ustedes cada día en que he sido Rey. Mi justicia siempre ha sido la misma sobre ricos y pobres, sobre grandes y chicos y sobre justos e injustos, y aunque tu nunca lo supiste, yo siempre vele por ti y por cada uno de este pueblo para que no les falte el pan diario o el vestir. Pero ahora, tras recibir mi ayuda y mi misericordia, haciendo caso a tus ambiciones de dinero, me ofendes tratando de tomarme por tonto, y me ofreces algo que no sale de tu sinceridad ni de tu corazón, solo por tratar de comprar mi favor y unas pocas monedas de oro…?
El rey llamo a su guardia real, y tras recuperar las 5 monedas de oro, el mendigo fue desterrado y echado fuera del reino para siempre.
Mateo 6, 19-21 nos dice: “No acumuléis para vosotros tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido corrompen, y donde los ladrones se meten y roban. Más bien, acumulad para vosotros tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido corrompen, y donde los ladrones no se meten ni roban. Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón."
Hasta cuando seguiremos escuchando a aquellos que nos incitan a pedirle a Dios que nos bendiga económicamente, y en algunos casos hasta el llegar a exigírselo, diciendo que El lo prometió, solo por no saber interpretar bien su palabra y tomar algunos versículos a conveniencia?
No podemos comprar la misericordia de Dios con dinero haciendo falsos pactos con El, solo por que algunos mentirosos que recorren las iglesias o aparecen en televisión nos dicen que les entreguemos nuestro dinero. Todos los pactos que se encuentran en la Biblia fueron hechos por Dios con el hombre, y no por el hombre con Dios. Leamos la Biblia, escudriñemos en ella, anunciemos las buenas nuevas a aquellos que aun no conocen a Cristo, y alejémonos de aquellos que toman las cosas de Dios para su propia conveniencia.
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